Alfonsina, su vida y tragedia

Alfonsina StorniPor  las costas de Mar del Plata, caminó una vez una poetisa llamada Alfonsina Storni, cuya vida estaba tejida con las palabras de sus versos, su espíritu libre y su mente aguda la hicieron destacar en un mundo literario dominado por hombres.

Desde joven, Alfonsina había sentido una profunda conexión con el mar. Las olas rompiendo en la orilla parecían llevar los susurros de sus musas, inspirándola a escribir poemas que desafiaban las convenciones de su época. Pero también llevaban consigo una misteriosa melancolía, una sensación de que el mar era un confidente de secretos insondables.

A lo largo de su carrera, Alfonsina Storni exploró temas de amor, desamor y emancipación femenina en su poesía. Sus palabras se convirtieron en un faro de esperanza para muchas mujeres que buscaban su propia voz en un mundo que a menudo las reprimía.

Pero, como muchas almas sensibles, Alfonsina luchó con demonios internos. La depresión la acechó durante años, como una sombra persistente en su vida. A pesar de su éxito literario, la tristeza la envolvía y la dejaba exhausta.

En el verano de 1938, esa tristeza se hizo insoportable. Alfonsina tomó una decisión dolorosa que sorprendió a quienes la conocían. Después de escribir una última carta, se dirigió a la playa en una tarde serena de Mar del Plata. Con paso firme, caminó hacia el mar que había sido su fuente de inspiración y refugio durante toda su vida.

Las olas acogieron a Alfonsina, como si la reconocieran como parte de su historia en Mar del Plata. Se internó en el agua, sintiendo el abrazo frío del océano. Al alejarse de la costa, Alfonsina encontró la paz que tanto anhelaba. El mar la envolvió, y ella se dejó llevar por sus aguas, entregándose a la inmensidad del océano que tanto había amado.

Alfonsina Storni partió de este mundo como lo había vivido, en busca de su propia libertad, encontrando en el abrazo del mar un consuelo final para su alma atormentada. Su legado perdura en sus versos, recordándonos la fuerza de sus palabras y la fragilidad de la vida humana.

El monumento a Alfonsina Storni se encuentra ubicado frente a la playa La Perla, cercano al lugar donde la escritora y poetisa argentina se quitara la vida, el día 25 de octubre de 1938, arrojándose al mar.
En la base del monumento, algo desgastada por el tiempo hay una placa, de mármol, con su último poema de despedida:

«Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme puestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,
una constelación, la que te guste,
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes,
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides. Gracias… Ah, un encargo,
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…»

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